3 razones para ver la superproducción de acción 'Escape From Mogadishu'

Hace tiempo que se estrenó en los cines, pero si aún no has visto la peli de acción más taquillera del año, nunca es tarde para subirse al carro. Ambientada en los últimos años de la década de 1980, “Escape from Mogadishu” se adentra con ambición en el intento de las dos Coreas de ser admitidas en las Naciones Unidas. En medio de un furioso enfrentamiento entre los dos bandos, el conflicto estalla en la región y sume a ambos bandos en una situación que se desestabiliza rápidamente y que exige un intento conjunto de huir de un país asolado. Si necesitas más para convencerte, ¡aquí te traemos tres razones por las que merece la pena ver “Escape from Mogadishu”!

1. Está basado en hechos reales

El telón de fondo de la película es la guerra civil somalí, un acontecimiento histórico real que tuvo sus raíces en la resistencia cívica contra el reinado de la junta militar dirigida por Siad Barre en los años 80. Detrás de la imagen de un grupo de militantes de gatillo fácil se esconde una historia sangrienta que subraya la agitación vivida por la población.

2. Representación del conflicto intercoreano

Aunque los dos bandos siguen técnicamente en guerra, la geopolítica de confrontación adquiere un tono más apagado, ya que se disputan el apoyo político en tierras lejanas a las suyas. El juego de poder entre los dos bandos comienza y termina con pequeños sabotajes sin mayores víctimas (¡salvo el orgullo, suponemos!). A pesar de ello, el espectador puede percibir la hostilidad y la profunda sospecha que cada bando tiene del otro.

3. Historias y momentos humanos

La adversidad hace extraños compañeros de cama

Dicho esto, cuando la adversidad se precipita en forma de disturbios civiles y echa por tierra cualquier intento de escapar de Somalia, las dos partes se ven obligadas a poner en común los recursos de que disponen en un intento conjunto de huir. Las perspectivas que impulsaron esta decisión presentan una dicotomía interesante; mientras que el embajador surcoreano Han Sin Seong (Kim Yun Seok) cedió por consideraciones humanitarias, su homólogo del Norte, Rim Yong Su (Heo Joon Ho), cedió por su preocupación por el número de niños indefensos a su cargo.

A pesar de que los oficiales de inteligencia de ambos bandos estuvieron a punto de llegar a las manos en el provisorio, también se pueden captar pequeños momentos que amplían la conexión humana emocional que existe. Desde acercar cuidadosamente los platos a la otra parte de la mesa para animarles a comer más, hasta el nieto de Rim Yong Su apelando a los surcoreanos para que le den insulina a su abuelo, son historias humanas como éstas las que dan credibilidad al creciente vínculo y compromiso que vemos en ambos lados.

La necesidad es la madre de la invención

Con las posibilidades de escape reduciéndose rápidamente y opciones cada vez más limitadas, los dos campamentos traman un audaz plan para escapar en un convoy de coches casi a prueba de balas que están fortificados con (nunca lo adivinarías), ¡libros atados! En un golpe de ingenio, el equipo también hace mini sacos de arena con tela de repuesto y arena para añadirlos al blindaje defensivo de sus vehículos. ¡Puntos por la creatividad!

En la zona gris

No son amigos, pero tampoco enemigos, y la escena de despedida da fe de la camaradería que se ha creado a través de esta situación de vida o muerte. Con un apretón de manos, se pone de manifiesto el respeto mutuo que se tienen los dos embajadores, así como la inevitabilidad de que sus caminos vuelvan a ser divergentes.

Ve el filme a continuación:

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Hey Soompier, ¿has visto “Escape from Mogadishu”? ¿Cuál fue tu momento favorito de la película? ¡Cuéntanoslo en los comentarios a continuación!

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